Hay muchas razones por las que un perro puede no participar instintivamente en juegos con sus dueños humanos. Por ejemplo, un perro criado en una perrera puede tener poca interacción positiva o experiencia con humanos. Un perro rescatado puede haber sido herido por su dueño, o un cachorro puede ser simplemente tímido. Si su perro o cachorro se muestra ansioso o reacio a relacionarse con usted, puede ganarse su confianza mediante un proceso de socialización lento y suave. Cuando su mascota se sienta cómoda con usted, podrá aprender a jugar y divertirse.
La importancia del juego
Aunque a algunos propietarios no les importe que su perro sea juguetón, el juego de perros y cachorros reporta una serie de beneficios:
- Jugar ofrece a los perros estimulación mental y una forma de quemar energía.
- Jugar es una forma estupenda de crear un vínculo entre usted y su perro.
- Jugar es una forma estupenda de recompensar a su perro por aprender nuevas habilidades.
- Jugar es divertido. Al igual que ocurre con las personas, jugar y realizar actividades que les gusten aumenta la calidad de vida del perro.
La paciencia es su herramienta más importante. Puede llevar tiempo que un perro empiece a confiar en sus dueños y aún más tiempo que aprenda formas adecuadas de interactuar. Recuerde, no obstante, que su objetivo no es animar a su perro a hacer lo que quiera de la forma que más le convenga, sino enseñarle a interactuar con usted siguiendo las normas y expectativas que usted quiera establecer.
Por eso es importante tener claros los límites y los tipos de juego que son aceptables para usted. Asegúrese de que todas las personas que trabajan con su perro comprenden sus objetivos, normas y expectativas. Por ejemplo, a su compañero de casa puede parecerle simpático que su perro gruña mientras sostiene un juguete en la boca, mientras que usted ha establecido la norma de que gruñir es inaceptable. Naturalmente, los diferentes conjuntos de normas y los diferentes tipos de juego confundirán a su nueva mascota.
1:34
Véalo ahora: Cómo adiestrar a su perro para que coja un juguete
Empiece poco a poco
Hay varias razones por las que un perro puede no haber aprendido a jugar. Una razón común es la falta de socialización temprana. Algunos perros no juegan simplemente porque nadie ha participado nunca en un juego con ellos. Otra razón es que sus instintos pueden llevarles a hacer otras cosas. Por ejemplo, un border collie puede querer arrear a sus hijos en el patio en lugar de jugar a buscarlos.
Hay muchas razones por las que un perro puede no participar instintivamente en juegos con sus dueños humanos. Por ejemplo, un perro criado en una perrera puede tener poca interacción positiva o experiencia con humanos. Un perro rescatado puede haber sido herido por su dueño, o un cachorro puede ser simplemente tímido. Si su perro o cachorro se muestra ansioso o reacio a relacionarse con usted, puede ganarse su confianza mediante un proceso de socialización lento y suave. Cuando su mascota se sienta cómoda con usted, podrá aprender a jugar y divertirse.
La importancia del juego
Aunque a algunos propietarios no les importe que su perro sea juguetón, el juego de perros y cachorros reporta una serie de beneficios:
Jugar ofrece a los perros estimulación mental y una forma de quemar energía.
Jugar es una forma estupenda de crear un vínculo entre usted y su perro.
Jugar es una forma estupenda de recompensar a su perro por aprender nuevas habilidades.
Jugar es divertido. Al igual que ocurre con las personas, jugar y realizar actividades que les gusten aumenta la calidad de vida del perro.
La paciencia es su herramienta más importante. Puede llevar tiempo que un perro empiece a confiar en sus dueños y aún más tiempo que aprenda formas adecuadas de interactuar. Recuerde, no obstante, que su objetivo no es animar a su perro a hacer lo que quiera de la forma que más le convenga, sino enseñarle a interactuar con usted siguiendo las normas y expectativas que usted quiera establecer.
Por eso es importante tener claros los límites y los tipos de juego que son aceptables para usted. Asegúrese de que todas las personas que trabajan con su perro comprenden sus objetivos, normas y expectativas. Por ejemplo, a su compañero de casa puede parecerle simpático que su perro gruña mientras sostiene un juguete en la boca, mientras que usted ha establecido la norma de que gruñir es inaceptable. Naturalmente, los diferentes conjuntos de normas y los diferentes tipos de juego confundirán a su nueva mascota.
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Empiece poco a poco
Hay varias razones por las que un perro puede no haber aprendido a jugar. Una razón común es la falta de socialización temprana. Algunos perros no juegan simplemente porque nadie ha participado nunca en un juego con ellos. Otra razón es que sus instintos pueden llevarles a hacer otras cosas. Por ejemplo, un border collie puede querer arrear a sus hijos en el patio en lugar de jugar a buscarlos.
Sea cual sea el motivo por el que su perro no juega, debe empezar por introducirle poco a poco en los juguetes y juegos. Deje los juguetes a su alcance para que los olisquee y se acostumbre a ellos, en lugar de iniciar inmediatamente un juego de tira y afloja. Un perro mal socializado puede asustarse si usted va demasiado deprisa, y un perro cuyos instintos le empujan a hacer otra cosa se sentirá confuso.
- Premie el interés
- Comience elogiando suavemente o dándole una golosina si su perro muestra interés por los juguetes. Puede incluso esconder una golosina o untar un poco de mantequilla de cacahuete en un juguete o una pelota. Su perro aprenderá rápidamente que los juguetes significan cosas buenas.
- Involúcrese
Una vez que su perro se sienta cómodo con los juguetes, es hora de empezar a interactuar con él. De nuevo, empiece despacio. Siéntese cerca de su perro y haga rodar una pelota hacia él o agite un poco un juguete de tira y afloja. Si muestra interés, dele una golosina y elógielo. Puede llevar algún tiempo, pero cuanto más juegue con su perro, antes aprenderá lo que se espera de él. Antes de que se dé cuenta, su perro jugará como si lo hubiera hecho toda la vida.
- Enseñe las reglas
- A veces, enseñar a un perro a jugar implica algo más que ir introduciéndole poco a poco en la idea. Juegos como el de buscar y traer, por ejemplo, tienen más de una parte. Puede que le resulte fácil enseñar a su perro a correr y recoger una pelota que usted le lance, pero tendrá que saber «ven» y «suéltala» para que el juego continúe sin problemas y no se convierta en un juego de persecución. Si su perro tiene problemas para jugar, asegúrese de que conoce las órdenes básicas del juego.
- Elija los juegos en función de los intereses del perro
No a todos los perros les van a gustar todos los juegos. Intente elegir los juegos que mejor se adapten a la personalidad de su perro. Es probable que a un perro perdiguero le guste jugar a buscar la pelota. A un terrier puede gustarle mucho un juego de tira y afloja. A los perros de pastoreo, como los border collies y los pastores australianos, suelen gustarles el agility y el frisbee. Si los juegos que elige se adaptan a las funciones para las que fue criado su perro (cobro o pastoreo, por ejemplo), será más fácil enseñarle a jugar y mucho más divertido para él.