Originarias de las zonas a lo largo del Golfo de México, las tortugas-caja de la costa del Golfo son la subespecie más grande de la tortuga-caja común. Tienen un caparazón superior grande y abovedado que suele ser marrón oscuro o negro con rayas o manchas amarillas. No son tortugas acuáticas, pero les encanta estar cerca del agua. En estado salvaje, suelen encontrarse en marismas y pantanos. Como mascotas, estas tortugas tienen necesidades complejas de alojamiento y alimentación, por lo que es ideal tener algo de experiencia con tortugas antes de adquirir una.
Descripción de la especie
Nombre común: Tortuga de caja de la costa del Golfo
Nombre científico: Terrapene carolina major
Tamaño adulto: Hasta 20 cm
Esperanza de vida: 30 a 40 años en cautividad; hasta 100 años en libertad
Comportamiento y temperamento de la tortuga-caja de la costa del golfo
Las tortugas-caja de la Costa del Golfo no suelen ser mascotas adecuadas para niños pequeños o para nuevos dueños de mascotas. Esto se debe a sus complejos requisitos de cuidados, así como a su susceptibilidad al estrés, que puede afectar enormemente a su salud. Las tortugas-caja de la Costa del Golfo suelen ser tímidas y no les gusta que las manipulen. Necesitan muchos lugares donde esconderse para sentirse cómodas en su entorno. Sin embargo, una vez que se han aclimatado a su espacio, muchas tortugas domésticas aprenderán a reconocer a sus cuidadores e incluso a mendigar comida.
Alojamiento de la tortuga-caja de la Costa del Golfo
Aunque es posible mantener a las tortugas-caja de la Costa del Golfo (especialmente a las crías y juveniles) en un gran terrario interior con una fuente de calor, se desenvuelven mucho mejor en corrales exteriores donde el clima sea agradable. La mayoría de los expertos recomiendan un mínimo de 4 por 8 pies para el corral de una tortuga-caja, especialmente si tiene varias tortugas o es un hogar a tiempo completo. Un corral más pequeño será suficiente si el espacio es limitado, pero evite bajar de 4 pies por 4 pies. Un espacio reducido puede estresar a una tortuga. El recinto debe estar en un lugar soleado, aunque siempre debe tener un lugar sombreado.
Además, la mayoría de las tortugas-caja son excavadoras, así que haga su corral a prueba de escapes con paredes enterradas profundamente en el suelo. Los adoquines colocados en el suelo alrededor del perímetro pueden ayudar a desalentar la excavación. Es mejor construir el recinto con material sólido; si la tortuga no ve lo que hay fuera de su jaula, es menos probable que intente trepar o excavar para llegar hasta allí.
Calor
Si mantiene a su tortuga-caja de la Costa del Golfo en el interior, lo mejor es un terrario con una lámpara de calor. Prefieren temperaturas entre 80 y 85 grados Fahrenheit con un lugar para asolearse que esté alrededor de los 90 grados Fahrenheit. Las temperaturas nocturnas no deben bajar de los 70 grados. No utilice una roca térmica, ya que puede provocarles quemaduras.
Luz
Las tortugas-caja de la Costa del Golfo necesitan luz UVB, ya sea de la luz solar natural o de una lámpara UVB, para metabolizar el calcio de su dieta. Sin ella, pueden desarrollar enfermedades óseas metabólicas e incluso morir. Cuando se alojen en interiores, apague la lámpara por la noche para imitar el ciclo natural día-noche.
Humedad
Como esta especie vive cerca del agua, le gusta un nivel de humedad alto, de alrededor del 60% al 90%. Manténgalo nebulizando diariamente el recinto de su tortuga.
Sustrato
El sustrato es el material utilizado para revestir el fondo del recinto de su tortuga. No sólo puede imitar el entorno natural del animal, sino que también puede ayudar a mantener el nivel de humedad y satisfacer el instinto de madriguera de la tortuga. Así pues, un sustrato que retenga algo de humedad es ideal para las tortugas-caja de la Costa del Golfo. Muchos propietarios optan por tierra vegetal, hojas y musgo sin productos químicos. Colóquelo en capas de al menos 10 cm de profundidad para que su tortuga pueda excavar.
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Comida y agua
Las tortugas-caja de la Costa del Golfo son omnívoras y necesitan una dieta variada. Cuando son adultas, su dieta debe estar compuesta en un 40 por ciento por verduras, frutas y hierbas, y el resto por fuentes de proteínas bajas en grasa, como lombrices de tierra, babosas, caracoles, gusanos de la harina, grillos, saltamontes y peces pequeños. Las crías y las tortugas juveniles son más carnívoras que las tortugas adultas, así que tenga en cuenta la edad de su tortuga cuando prepare sus comidas.
Es especialmente importante asegurarse de que su tortuga-caja de la Costa del Golfo obtiene el equilibrio adecuado de calcio y fósforo en su dieta para prevenir enfermedades metabólicas óseas. Las verduras de hoja oscura, como el perejil, las hojas de diente de león, las espinacas y la berza, son buenas opciones vegetales. Los arándanos, las uvas, las manzanas y la papaya son buenas opciones de fruta.
Los insectos de presa frescos de las tiendas de animales y de cebo son las mejores fuentes de proteínas para una tortuga-caja. Evite alimentar a una tortuga-caja de la Costa del Golfo cautiva con insectos capturados en el exterior porque no tiene forma de medir la exposición a los pesticidas. Existen dietas comerciales para tortugas-caja, pero normalmente sólo se alimentan como suplementos dentro de una dieta variada.
En general, alimente a su tortuga cada dos o tres días. Pero consulte con su veterinario sobre la cantidad adecuada y el momento de las comidas en función de la edad, tamaño y salud de su tortuga. También debe proporcionarle en todo momento un recipiente poco profundo y fácilmente accesible con agua limpia. La tortuga la utilizará para beber y remojarse, así que asegúrese de cambiar el agua con regularidad.
Problemas comunes de salud y comportamiento
Además de la enfermedad metabólica ósea, que puede debilitar los huesos y provocar la muerte, las tortugas-caja de la Costa del Golfo son propensas a las infecciones respiratorias. Estas infecciones suelen estar causadas por una humedad insuficiente, con síntomas que incluyen sibilancias y mucosidad alrededor de la boca y las fosas nasales. Si su tortuga experimenta infecciones respiratorias frecuentes, podría ser un signo de deficiencia de vitamina A.
Las infecciones parasitarias son otra dolencia frecuente en las tortugas. No siempre muestran síntomas, pero pueden ser diagnosticadas por un veterinario especializado en reptiles. Y como la mayoría de las tortugas, las tortugas-caja son susceptibles a una dolorosa afección conocida como putrefacción del caparazón, causada por una infección bacteriana o fúngica. El caparazón aparecerá agrietado o seco, y puede emitir un olor desagradable.
Si su tortuga muestra síntomas de alguna de estas enfermedades, no intente tratarla sin consultar con su veterinario.
Cómo elegir su tortuga-caja de la Costa del Golfo
Las tortugas-caja de la Costa del Golfo no son animales resistentes y por tanto no son adecuadas para los cuidadores de tortugas principiantes. Tienen necesidades muy específicas, son sensibles al estrés y son difíciles de mantener en cautividad.
Cuando adquiera una tortuga-caja de la Costa del Golfo, seleccione un ejemplar criado en cautividad de un criador acreditado o acuda a una organización de rescate. De este modo, evitará apoyar la captura de tortugas salvajes para el comercio de mascotas, que a menudo resulta en cuidados deficientes y animales enfermos. Espere pagar entre 100 y 400 dólares de media. Asegúrese de que la tortuga tiene los ojos claros y no tiene mucosidad alrededor de la nariz o la boca. Además, su caparazón debe sentirse sólido y no debe tener ningún bulto o hinchazón a lo largo de su cuerpo.
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