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Agresión conflictiva en cachorros

La agresividad conflictiva, también llamada agresividad por dominancia, puede ser un comportamiento atemorizante y difícil de manejar para los propietarios de perros. Los cachorros muestran esta agresividad cuando ponen a prueba los límites y establecen el rango de dominancia dentro de la familia. Atacan de forma natural para ver quién manda en la comida, las golosinas, el territorio o los juguetes. Aunque puede suponer un reto, si puede entender la causa, hay pasos que puede dar para corregir el comportamiento antes de que se le vaya de las manos.

¿Qué es la agresividad conflictiva?

La agresividad conflictiva es un tipo común de comportamiento agresivo con el que se encuentran los dueños de cachorros primerizos, y puede deberse a un malentendido de la comunicación canina. Existen muchos tipos de agresividad canina, pero la agresividad conflictiva suele producirse cuando un cachorro está aprendiendo su lugar en su nueva familia, entre personas y otros perros. El comportamiento puede manifestarse como una vigilancia agresiva de la comida, los juguetes o un mueble. Este tipo de agresividad empeora rápidamente si se castiga al cachorro, por lo que deben emplearse estrategias diferentes.

Síntomas de la agresividad conflictiva en cachorros

Los cachorros y, en especial, los perros adolescentes menores de un año son los más propensos a mostrar agresividad conflictiva. El noventa por ciento de los perros agresivos conflictivos son machos que desarrollan conductas problemáticas entre los 18 y los 36 meses de edad, lo que se corresponde con la madurez social canina. La agresividad conflictiva femenina tiende a desarrollarse durante la etapa de cachorro.

Síntomas

  • Enseñar los dientes
  • Gruñir
  • Orejas gachas
  • Cola metida
  • Temblor
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Los cachorros que muestran una agresividad conflictiva evidente en ocasiones – gruñidos, gruñidos – pueden actuar de forma muy sumisa en otras situaciones. Por ejemplo, pueden acobardarse ante otros perros. Deberá observar el lenguaje corporal del cachorro en busca de pistas. Los cachorros conflictivos-agresivos pueden mantener las orejas y la cola gachas (señales de sumisión) y temblar tras un encuentro. Los propietarios pueden describirlos como si actuaran con culpa o remordimiento.

Causas de la agresividad conflictiva

Aunque la causa de la agresividad conflictiva no siempre está clara, algunos de los desencadenantes más comunes son:

  • Hormonas: La testosterona hace que los perros machos reaccionen de forma más agresiva. Durante la adolescencia, los cachorros machos tienen un nivel de testosterona mucho más elevado que cuando alcanzan la edad adulta. Pero, las perras también pueden actuar de forma agresiva, gracias a los desequilibrios hormonales.
  • Interpretación errónea: Los conductistas especulan que una primera muestra instintiva de agresividad conflictiva puede surgir del miedo o de desacuerdos que tienen lugar durante un juego que se descontrola. También puede producirse cuando un perro se siente amenazado cerca de sus juguetes o de su cuenco de comida (por un perro mayor, por ejemplo), aunque el otro perro no tenga mala intención.
  • Agresión idiopática: Idiopática significa que no puede identificarse una causa para la agresión. Este tipo de agresión se caracteriza por un perro que cambia rápidamente de temperamento, de feliz a agresivo. Puede mostrar signos de sumisión, pero aun así ataca con una agresividad excesiva y desincronizada con la situación. La agresividad idiopática afecta con mayor frecuencia a los perros jóvenes (menores de tres años).
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Diagnóstico de la agresividad conflictiva en cachorros

No existe un proceso de diagnóstico oficial para identificar la agresividad conflictiva; la observación del comportamiento del cachorro servirá como prueba de la afección. Un veterinario o un especialista en comportamiento canino pueden ayudar a confirmar la presencia de un comportamiento irracionalmente agresivo en un cachorro.

Esté atento a las reacciones agresivas como en ciertas situaciones «normales»:

  • Levantar al perro o sujetarlo, como para cortarle las uñas
  • Alcanzar al cachorro cerca de un juguete o un cuenco de comida
  • Decirle al cachorro que se baje de los muebles
  • Juegos de tira y afloja o de lucha libre

Tratamiento y prevención

Aunque los casos de agresividad canina pueden ser tratados por profesionales, los propietarios pacientes y dedicados pueden trabajar para corregir los comportamientos agresivos empleando estrategias específicas:

  • Identifique y evite los desencadenantes para prevenir enfrentamientos. Si el perro protege los juguetes, retírelos del entorno general para que el cachorro no tenga nada que vigilar.
  • No desafíe al cachorro ni lo castigue.
  • Exija al cachorro que se gane recompensas con un buen comportamiento. Cree interacciones basadas en su petición (por ejemplo, «¡Siéntate!») y el pago (el perro se sienta), que le hace ganar la recompensa deseada (golosina/elogio verbal). El perro no debe recibir nada (golosinas o atención) a menos que se lo gane respondiendo positivamente a su orden.
  • Utilice palabras o frases alegres para cambiar el estado de ánimo de su cachorro. Por ejemplo, si el perro gruñe o adopta una postura agresiva, háblele con dulzura y compruebe si cambia de humor.
  • Confine a un cachorro problemático a una sola habitación, un corral de ejercicio o una jaula para controlar mejor sus movimientos y el acceso a las zonas desencadenantes.
  • Castrar a los machos puede ayudar.
  • Consulte a un veterinario especialista en comportamiento antes de esterilizar a una hembra, ya que las perras conflictivas tienden a empeorar si se las castra.
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Pronóstico de los cachorros con agresividad conflictiva

El mejor pronóstico para un cachorro con agresividad conflictiva es la atención dedicada de un propietario informado. Los cachorros agresivos necesitan algo más que cariño y caricias, y también responden muy mal a la ira o a los castigos frecuentes. Los propietarios primerizos que no sepan cómo abordar esta situación, o no estén dispuestos a intentarlo, acabarán probablemente con un perro infeliz que nunca se comporta bien. A menudo, estos cachorros son abandonados o realojados cuando los propietarios frustrados se dan por vencidos. En estos casos, los cachorros pueden volverse más agresivos y desconfiados, lo que aumenta la probabilidad de que se les aplique la eutanasia.

Si sospecha que su mascota está enferma, llame inmediatamente a su veterinario. Para cuestiones relacionadas con la salud, consulte siempre a su veterinario, ya que él ha examinado a su mascota, conoce su historial sanitario y puede hacerle las mejores recomendaciones.

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