Conseguir que su pájaro acepte que lo acaricie es más una cuestión de sintonía con su pájaro y de aprender a trabajar con su personalidad que de adiestramiento. El nivel de comodidad de un pájaro con las personas puede variar mucho, y a algunos simplemente les gusta su espacio personal. Si tiene un ave a la que no le gusta que la toquen, tendrá que aprender a acercarse a ella para que se sienta cómoda con el contacto.
Si tiene un pájaro mimoso al que le gusta el contacto humano, probablemente no le costará mucho esfuerzo conseguir que su pájaro baje la cabeza para que le rasque. Algunas aves, como los loros y los periquitos, son más propensas a permitir el contacto que otras. Pero incluso dentro de las especies de aves, existen diferentes personalidades.
Puede entrenar un poco a su pájaro para que se sienta más cómodo con la idea de las caricias. Al igual que con otras formas de adiestramiento, practique el comportamiento con sesiones cortas y frecuentes, y no insista si su pájaro está malhumorado o se cansa. Siempre puede volver a intentarlo otro día.
Aprenda las señales de su pájaro
Cuando entrene a su pájaro para que acepte caricias, el primer paso es leer las señales que le da su pájaro.
¿Su pájaro adopta una postura rígida y le mira fijamente cuando se le acerca? ¿Huye, intenta apartarle o incluso trata de morderle? Estos son signos claros de que su pájaro no se siente cómodo con lo que está sucediendo. Los propietarios pueden darse cuenta de que acercarse a la cabeza del ave para acariciarla puede percibirse como una amenaza, especialmente si intenta alcanzar la parte posterior de la cabeza. Si ignora el lenguaje corporal de un ave estresada, prepárese para un posible mordisco por su parte.
Si ignora el lenguaje corporal de un pájaro estresado, empezará a tener una asociación negativa con los dedos, lo que puede hacer que se ponga nervioso o se estrese cada vez que se le acerque un dedo.
Un pájaro al que le gusta que le acaricien, sin embargo, está relajado y a menudo girará un poco la cabeza hacia un lado, o incluso la inclinará hacia abajo, para que le rasquen y le acaricien. Algunos inclinarán la cabeza hacia abajo e incluso cerrarán los ojos, señal de un pájaro feliz que confía plenamente en que las caricias no son una amenaza. Algunos pájaros esponjarán las plumas de la cabeza cuando vean que se acerca un dedo y si quieren ser acariciados.
Comience estratégicamente su tiempo de adiestramiento
Para comenzar su adiestramiento, elija un momento tranquilo en el que su pájaro esté relajado, después de comer o justo antes de su hora habitual de acostarse. Mantenga la mano a la vista de su pájaro y háblele antes de acariciarlo. No intente forzarlo; si el pájaro se resiste, tómese un descanso.
Empiece por el pico
Intente tocar y acariciar ligeramente el pico de su pájaro al principio. Tenga cuidado de no pincharle los ojos y prepárese para que intente morderle (una amenaza mayor en un pájaro más grande, obviamente). Si su pájaro le deja tocarle el pico, intente mover gradualmente los dedos hacia la piel de su cara, justo detrás del pico. Vaya avanzando por el lateral de la cabeza de su pájaro si éste se siente cómodo con que le acaricie el pico y la cara.
Muévase hacia el cuerpo
Si puede mover el cuerpo del ave, trabaje con la orientación natural de las plumas. Acariciar las plumas a contrapelo puede resultar irritante para el ave. Acaricie en la dirección en la que las plumas se tienden de forma natural, o rasque suavemente de lado a lado entre las plumas. Con el tiempo, a medida que el pájaro se relaje, podrá ir acariciando la parte posterior de la cabeza y el cuello. Procure no acariciar estas zonas con mucha frecuencia.
Problemas y comportamiento de prueba
Si su pájaro tarda en aceptar las caricias, no se rinda. Dé pequeños pasos y siga practicando. Incluso el simple hecho de mostrar las manos delante de su pájaro es un paso beneficioso para seguir practicando y hará que el pájaro se sienta cómodo con sus manos. Aunque un buen mimo puede ser agradable para usted y su pájaro, es una buena idea evitar las caricias excesivas y evitar acariciar la espalda y el cuerpo de su pájaro. Un pájaro maduro puede encontrar estimulantes las caricias en estas zonas, lo que puede dar lugar a un pájaro sexualmente frustrado y, a su vez, puede provocar problemas de comportamiento.
Un error común de los propietarios de aves es que las caricias se conviertan en la única forma de interactuar con su pájaro. Los pájaros necesitan socializarse de muchas otras maneras. Participe en trucos, juegos, exploración, juguetes, charlas o simplemente estando juntos. Su pájaro se beneficiará enormemente de estas interacciones. También puede ofrecer una semilla en sus dedos al pájaro en su jaula o fuera de ella hasta que no se asuste.
En última instancia, si su pájaro no responde a sus intentos de acariciarlo, quizá sólo tenga que aceptar que no es un pájaro mimoso y contentarse con admirarlo y cuidarlo de lejos (o, a corta distancia). Persistir en acariciar a un pájaro al que simplemente no le gusta el contacto va a erosionar la confianza de su pájaro en otras áreas y puede causar daños en la relación.