Para mucha gente, el casco de un caballo puede parecer un objeto sólido, duro y resistente en toda su extensión. Sin embargo, no es así. El casco está formado por varias capas y estructuras diferentes, cada una con una función específica.
Evolución del casco
Los caballos han evolucionado desde el eohippo de cuatro dedos, parecido a un perro, hasta la criatura de un solo dedo que conocemos hoy en día. Quedan pruebas de la desaparición de los dedos. El castaño y el cornezuelo son protuberancias cartilaginosas a lo largo de la parte interior de las patas del caballo y en la parte inferior de la articulación de la cuartilla.
En algunos caballos, crecen rápidamente y, aunque no causan ningún daño si se dejan desprenderse de forma natural, a veces se recortan para darles un aspecto más ordenado. Dos huesos recorren cada lado de la pata delantera del caballo, entre la rodilla y la articulación de la cuartilla. Se cree que estos dos huesos entablillados son lo que queda de los antiguos dedos.
Interior del casco
En el interior del casco hay tres huesos. El más largo es el hueso corto de la cuartilla que se extiende hacia abajo desde el hueso largo de la cuartilla de la pata del caballo.
El hueso más grande dentro de la pezuña es el hueso pedal o hueso del ataúd. Dentro de este hueso hay muchos pasajes minúsculos para los vasos sanguíneos y los nervios.
Bajo la unión del hueso corto de la cuartilla y el hueso del ataúd se encuentra el pequeño hueso navicular. Varios tendones y ligamentos descienden desde la pata y se unen a los huesos del interior del pie.
Rodeando estos huesos se encuentra la lámina sensitiva. Se trata de una capa de tejido que transporta la sangre a todos los componentes de la pezuña. Bajo las láminas sensitivas y las estructuras óseas se encuentra la almohadilla digital. Se trata de una almohadilla de tejido gomoso que forma el talón del casco y ayuda a absorber el impacto cuando el casco del caballo entra en contacto con el suelo.
Partes visibles del casco
Rodeando a las láminas sensibles se encuentra la lámina córnea. Esta capa es bastante dura y no tiene sensibilidad. Se adhiere a la pared externa del casco de forma similar al cierre de gancho y bucle.
El margen donde se unen la pared y las láminas córneas se denomina línea blanca, que proporciona al herrador una indicación visual de la profundidad a la que puede recortar el casco y dónde colocar los clavos para las herraduras.
La pared es similar en composición y función a nuestras uñas y está en constante crecimiento. La pared del casco puede ser muy fina o muy gruesa según el tipo de caballo, su alimentación y su entorno. Los caballos salvajes desgastan el crecimiento del casco de forma natural, pero los caballos domésticos requieren un recorte regular por parte de un herrador.
El color del casco está influido por el color de la piel que lo recubre. Si un caballo tiene marcas blancas directamente encima del casco, la pared del casco puede llevar la misma pigmentación. Mucha gente cree que los cascos con paredes negras son más fuertes que los cascos con paredes blancas. Esto no es cierto.1
La protección natural de los cascos
La parte exterior de la pared está protegida por el periotropo. Esta capa protege la humedad del interior del casco. La banda coronaria rodea la parte superior del casco. Se trata de una banda rica en sangre a partir de la cual crece la pezuña, algo similar a la cutícula de nuestra uña. Los daños graves en esta banda pueden causar deformidades en la pared del casco.
En la parte inferior de la pezuña se encuentra la suela. Se trata de un acolchado cóncavo, grueso pero flexible, de tejido duro que protege la sensible planta directamente debajo de los huesos del pie.
En el centro de la suela se asienta la ranilla en forma de V. La ranilla entra en contacto con la superficie del suelo cuando el caballo se desplaza y ayuda a que la sangre circule por el pie. La hendidura de la ranilla corre por el medio de la ranilla y ayuda a la flexión y al agarre. Las barras del pie discurren a ambos lados de la ranilla y proporcionan una suspensión estable para las paredes y la ranilla cuando el pie del caballo impacta contra el suelo.
Cuidados básicos de los cascos de los caballos
Los caballos domésticos requieren cuidados diarios de los pies para mantenerse sanos. Es importante limpiar la suciedad y el estiércol de la parte inferior de los cascos, así como retirar cualquier piedra, palo o incluso piña alojados que puedan causar molestias y magulladuras.
Al revisar visualmente todo su caballo, busque cualquier hinchazón o corte alrededor del pie. Si su herrador se lo recomienda, cubra los cascos de su caballo con un apósito hidratante cuando lo acicale. Si su caballo tiene las paredes de los cascos débiles, considere la posibilidad de probar uno de los muchos suplementos alimenticios que dicen beneficiar el crecimiento de los cascos.
Aproximadamente cada seis semanas, un herrador debe recortar el crecimiento, ayudar a corregir cualquier problema en los cascos y sugerir los cuidados adecuados en función del uso y el entorno de su caballo.
Si sospecha que su mascota está enferma, llame inmediatamente a su veterinario. Para cuestiones relacionadas con la salud, consulte siempre a su veterinario, ya que él ha examinado a su mascota, conoce su historial sanitario y puede hacerle las mejores recomendaciones. Fuentes de los artículos Point Pet sólo utiliza fuentes de alta calidad, incluidos estudios revisados por expertos, para respaldar los datos de nuestros artículos. Lea nuestro proceso editorial para saber más sobre cómo comprobamos los hechos y mantenemos nuestro contenido preciso, fiable y digno de confianza.
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10 cosas que quizá no sepa sobre las pezuñas de los caballos. Informe sobre caballos. Centro de Salud Equina de la Facultad de Medicina Veterinaria. Universidad de California, Davis. 2019.