Enfermedad hepática en perros

Un perro con una enfermedad hepática puede experimentar enfermedades asociadas a diversas funciones de este órgano vital. El hígado es crucial para la digestión, ya que ayuda al perro a metabolizar grasas, proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales. Además, filtra las toxinas y los residuos presentes en los alimentos y los medicamentos. Los trastornos del hígado, denominados colectivamente enfermedades hepáticas, pueden conducir a una mascota realmente enferma. Sin embargo, algunos problemas hepáticos son más graves que otros, y el hígado tiene la notable capacidad de regenerarse en las primeras fases de la enfermedad. Aprender a detectar los problemas hepáticos antes de que se conviertan en una enfermedad en toda regla puede prevenir los daños hepáticos y devolver la salud a un perro enfermo.

¿Qué es una enfermedad hepática?

Por enfermedad hepática se entiende cualquier anomalía en el hígado que le impida funcionar con normalidad. Existen varios tipos diferentes de enfermedades hepáticas. La obstrucción de los conductos biliares se produce cuando se bloquean los conductos que transportan la bilis desde el hígado hasta la vesícula biliar. Una derivación portosistémica (también llamada derivación hepática) se produce cuando la sangre procedente del estómago, los intestinos, el páncreas y el bazo se salta el hígado, impidiendo que la sangre se desintoxique adecuadamente. Las enfermedades autoinmunes pueden causar cicatrices en el hígado. Los tumores hepáticos, más frecuentes en perros de edad avanzada, pueden ser cancerosos o pueden ser benignos pero afectar a su mascota presionando el hígado circundante u otros órganos.

¿Qué es un análisis de ácidos biliares?

Los veterinarios utilizan una prueba de ácidos biliares para determinar si el hígado de un animal funciona correctamente o no. Puede ayudar a descubrir el motivo de diversos problemas de salud, como las enfermedades hepáticas, e indicar si el hígado tiene un buen suministro de sangre, suficientes células sanas y si la bilis se mueve libremente por el hígado.

Síntomas de las enfermedades hepáticas en perros

En un perro pueden aparecer muchos tipos de problemas hepáticos que provocan multitud de síntomas. A menudo no hay síntomas hasta que la enfermedad ha progresado, por lo que es importante realizar exámenes y análisis de sangre periódicos, sobre todo en animales de edad avanzada.

Síntomas

  • Ictericia
  • Letargo
  • Vómitos, pérdida de apetito o diarrea
  • Abdomen distendido
  • Marcha inestable
  • Fiebre
  • Convulsiones

La ictericia -una coloración amarillenta de los ojos, la lengua, la piel o las mucosas- es un signo revelador de que algo no marcha bien en el hígado de su perro.1 Otros signos son más sutiles o pueden atribuirse a otras enfermedades. Cualquier signo de malestar gastrointestinal grave o de problemas neurológicos como pérdida de equilibrio o convulsiones debe ser evaluado por un veterinario. Por supuesto, los signos de enfermedad distintos de la ictericia manifiesta pueden estar causados por un problema no relacionado con el hígado. De nuevo, una visita al veterinario ayudará a identificar el problema.

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Ilustración: The Spruce / Emilie Dunphy

Causas de las enfermedades hepáticas

La enfermedad hepática tiene muchas causas diferentes, dependiendo del tipo. Cada tipo es único para una forma particular de la enfermedad.

  • La enfermedad hepática aguda puede desarrollarse tras la exposición a una sustancia tóxica o veneno, o por la exposición a un calor excesivo (¡nunca deje a su mascota en un coche caliente!).
  • Algunas toxinas pueden provocar el fallo de distintos órganos, lo que conduce a un daño hepático secundario.
  • La obstrucción del conducto biliar se presenta por una inflamación generalizada, una infección, un tumor, cálculos biliares o una acumulación de bilis espesa en la vesícula llamada mucocele.
  • Una derivación portosistémica puede estar presente al nacer o desarrollarse debido a otro problema hepático.
  • La hepatitis crónica puede estar causada por un sistema inmunitario hiperactivo, una infección, toxinas u otros daños de los que el hígado no haya podido recuperarse completamente.
  • Las infecciones víricas, bacterianas, fúngicas o parasitarias también pueden causar problemas hepáticos crónicos. Esta bacteria, cuando la contrae un perro no vacunado, puede causar graves daños hepáticos.

Diagnóstico de la enfermedad hepática en perros

Si se sospecha una enfermedad hepática, el veterinario solicitará pruebas de laboratorio para evaluar el funcionamiento del órgano.1 Unas enzimas hepáticas elevadas en sangre, como la alanina transaminasa (ALT), la aspartato transaminasa (AST) y la fosfatasa alcalina (ALP), pueden indicar un problema. Además, los niveles sanguíneos de bilirrubina, una sustancia que se encuentra en la bilis, y de albúmina, una proteína fabricada por el hígado, proporcionan información sobre la salud general del hígado.

Los niveles de azúcar en sangre, el colesterol y los niveles de nitrógeno ureico -un subproducto del metabolismo de las proteínas- también pueden dar información sobre si el nivel de enfermedad hepática constituye una insuficiencia hepática. Un hemograma completo puede indicar la presencia de una infección o inflamación.

Las imágenes abdominales, como las radiografías (rayos X) o una ecografía, pueden revelar la presencia de tejido cicatricial y tumores en la región hepática o a su alrededor.1 Puede recomendarse una biopsia de hígado para comprobar la presencia de bacterias, células cancerosas y más, y a menudo es la única forma de obtener un diagnóstico definitivo de la causa de la enfermedad hepática.

Tratamiento

Las opciones de tratamiento de la enfermedad hepática aguda dependen del tipo de enfermedad y del grado de daño sufrido por el hígado. Los líquidos y electrolitos, y la restricción de la actividad son el protocolo recomendado para las mascotas que se han comportado mal. También suelen utilizarse medicamentos y suplementos hepáticos.

La obstrucción del conducto biliar puede remediarse a veces con medicamentos como el ursodiol. Sin embargo, en caso de obstrucción completa del conducto, suele ser necesaria la cirugía. La cirugía tiene un alto índice de éxito para las derivaciones hepáticas y puede ser una cura para la mayoría de los perros, sin embargo no todas las derivaciones pueden repararse quirúrgicamente y estos casos necesitarán un tratamiento de por vida con dieta y medicación. Pueden administrarse antibióticos y medicamentos antivirales en presencia de infección.

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La hepatitis crónica activa -no reversible ni curable- suele tratarse con medicación y una dieta restringida. El tratamiento de los tumores hepáticos o el cáncer dependerá de los resultados de las pruebas y puede implicar cirugía, quimioterapia y la administración de medicamentos.

Los medicamentos y suplementos, como el Denamarin, pueden ayudar a muchos perros con enfermedades o daños hepáticos a vivir durante años con síntomas mínimos. En algunos casos, también son necesarios cambios en la dieta. La respuesta al tratamiento depende de cada perro, pero el cumplimiento por parte del propietario es un componente importante para el éxito. Asegúrese de seguir las recomendaciones de su veterinario en cuanto a medicación, dieta y pruebas y exámenes de seguimiento.

Pronóstico de los perros con enfermedad hepática

El pronóstico de un perro con enfermedad hepática depende de la causa, el tipo y la gravedad de la enfermedad. Los perros con anomalías congénitas como derivaciones portosistémicas o tumores benignos pueden curarse a menudo con una intervención quirúrgica. La enfermedad hepática inflamatoria crónica suele ser incurable, pero a menudo puede controlarse durante años con medicamentos y cambios en la dieta. El cáncer de hígado conlleva el peor pronóstico de los tipos de enfermedad hepática; la calidad de vida se controla con cirugía, quimioterapia, medicamentos y dieta para una esperanza de vida limitada desde el momento del diagnóstico.

Cómo prevenir las enfermedades hepáticas

Aunque mantener sano a su perro implica exámenes rutinarios de bienestar, existen otras formas de asegurar la salud del hígado. Absténgase de alimentar a su perro con alimentos grasos, ya que esto puede causar pancreatitis, que puede afectar secundariamente al hígado.2 Asegúrese de que su mascota está completamente vacunada para prevenir causas infecciosas de enfermedad hepática como la leptospirosis. Haga todo lo posible por mantener las sustancias tóxicas fuera del alcance de su perro y proporciónele muchas oportunidades de hacer ejercicio, ya que un perro activo y en forma tiene menos probabilidades de sufrir una enfermedad hepática provocada por un estilo de vida sedentario en el que se come en exceso.

Tipos de enfermedades hepáticas en perros

Obstrucción del conducto biliar

La obstrucción del conducto biliar puede producirse como resultado de una miríada de afecciones que afectan a cualquiera de los órganos digestivos, ya que todos están relacionados con el hígado o se ven afectados por él. La obstrucción puede deberse a la inflamación de los tejidos circundantes, parásitos, fibrosis, tumores benignos o cáncer.

El diagnóstico de la obstrucción requiere pruebas de laboratorio, radiografías, una prueba de ácidos biliares y una ecografía. Si la causa es una pancreatitis, las medidas dietéticas y ciertos medicamentos pueden aliviar la obstrucción. En algunos casos, sin embargo, es necesaria la cirugía. Incluso puede ser necesario extirpar la vesícula biliar del perro. Este procedimiento, seguido de modificaciones dietéticas, ayudará a aliviar las molestias y permitirá que el hígado inflamado se cure.

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Derivación portosistémica (derivación hepática)

Una derivación portosistémica es una conexión vascular anormal entre el hígado y otros órganos. Permite que las toxinas, proteínas y nutrientes de los intestinos eludan el hígado y pasen directamente a la circulación sanguínea sistémica. La mayoría de las derivaciones son congénitas, lo que significa que algunos perros nacen con ellas.

Los síntomas, que incluyen ataxia y convulsiones, suelen aparecer después de comer. El diagnóstico requiere pruebas como análisis de sangre, un análisis de orina, pruebas de la función hepática, radiografías, una ecografía y un TAC. El tratamiento de una derivación portosistémica es la cirugía para estrechar o cerrar la conexión vascular.

Hepatitis crónica

La hepatitis crónica es una inflamación y daño celular en el hígado que dura más de unas pocas semanas. Ocurre debido a una afluencia anormal de glóbulos blancos en respuesta a una infección previa o a toxinas ingeridas. También puede producirse como resultado de una enfermedad autoinmune o de bacterias como la leptospirosis (que se encuentra en la orina de los roedores). La hepatitis crónica puede afectar a cualquier raza de perro y a cualquier edad, pero es más probable que aparezca en perros mayores.

Los signos de la hepatitis crónica pueden ser gastrointestinales o neurológicos, y puede causar ictericia. Un examen veterinario y un análisis de sangre pueden sugerir una alteración hepática, pero la biopsia es la única forma de diagnosticar con precisión la enfermedad. No existe cura para la hepatitis crónica, pero el control dietético, los medicamentos específicos y la terapia de apoyo pueden ayudar a algunos perros a vivir cómodamente durante meses o años con esta enfermedad.

Tumores

Los tumores hepáticos primarios son aquellos que se originan en el hígado. Pueden ser benignos o malignos y son más frecuentes en perros mayores de 9 años. Más comúnmente, los tumores hepáticos son el resultado de metástasis de otros órganos. Los síntomas incluyen pérdida de peso, ictericia, vómitos, fiebre y abdomen distendido. La cirugía y la quimioterapia pueden ayudar a aliviar las molestias del perro y prolongar su vida de unos meses a unos años, según el estadio de la enfermedad.

Si sospecha que su mascota está enferma, llame inmediatamente a su veterinario. Para cualquier pregunta relacionada con la salud, consulte siempre a su veterinario, ya que ha examinado a su mascota, conoce su historial sanitario y puede hacerle las mejores recomendaciones. Fuentes de los artículos Point Pet sólo utiliza fuentes de alta calidad, incluidos estudios revisados por expertos, para respaldar los datos de nuestros artículos. Lea nuestro proceso editorial para saber más sobre cómo comprobamos los hechos y mantenemos nuestro contenido preciso, fiable y digno de confianza.

  1. Trastornos del hígado y la vesícula biliar en perros. Manual veterinario.

  2. Pancreatitis En Pequeños Animales. Manual veterinario.

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