Neoplasia en gatos

La neoplasia en gatos es el crecimiento anormal de células dentro del organismo. Esta enfermedad puede afectar a gatos de todas las edades y razas, pero se observa con mayor frecuencia en gatos de edad avanzada. Este crecimiento de las células puede dar lugar a tumores malignos o benignos. El pronóstico y el tratamiento de las neoplasias benignas y malignas varían significativamente. Es posible que las neoplasias benignas no necesiten tratamiento alguno, a menos que interfieran con la función corporal, mientras que muchas formas de cáncer maligno requieren cirugía, quimioterapia, radioterapia y cuidados de apoyo como líquidos, analgésicos y medicamentos para tratar las náuseas y aumentar el apetito.

¿Qué es la neoplasia?

La neoplasia es una afección en la que las células del organismo de un gato se dividen y multiplican a un ritmo anormalmente rápido, dando lugar a bultos visibles bajo la piel o a crecimientos internos que pueden no ser fácilmente evidentes. Estas células aberrantes pueden causar masas sólidas de tejido anormal, llamadas tumores, o pueden infiltrarse en órganos normales, piel, nervios, huesos y tejido conjuntivo.

La neoplasia puede ser maligna o benigna. Cáncer es el término comúnmente utilizado para la neoplasia maligna, que puede invadir agresivamente otras zonas del cuerpo y causar la destrucción del tejido subyacente, inflamación, pérdida de función y muerte del tejido. La neoplasia maligna también puede extenderse a otros órganos, como los pulmones, en un proceso denominado metástasis. La neoplasia benigna no suele invadir y destruir los tejidos locales ni extenderse por todo el cuerpo. La neoplasia puede afectar a gatos de todas las edades y razas, aunque es más frecuente en gatos de mediana y avanzada edad.

Tipos de neoplasia en gatos

Existen muchas formas de neoplasia que pueden desarrollarse en diversas partes del cuerpo de un gato, y algunas son más graves que otras. Algunas formas comunes de neoplasia son

Linfoma

El linfoma es un cáncer que afecta a un tipo de glóbulos blancos llamados linfocitos que desempeñan un papel en la función inmunitaria, y existen muchos tipos diferentes de linfoma que conllevan pronósticos distintos. El linfoma puede afectar a varias zonas del cuerpo. Una gran mayoría de los casos de linfoma en gatos afecta al sistema gastrointestinal. Un estudio reciente en gatos descubrió que el linfoma renal se producía en algo menos del 4 por ciento de los casos de linfoma en gatos de un estudio retrospectivo.1 El linfoma es la forma más común de neoplasia maligna en gatos y representa hasta casi el 30 por ciento de todos los tumores diagnosticados en gatos en el Reino Unido.2

Carcinoma de células escamosas

Otra neoplasia grave y frecuente en los gatos es el carcinoma de células escamosas (CCE), un tipo de cáncer muy agresivo que suele aparecer en el interior de la boca de los gatos. El CCE es el tipo de tumor oral más frecuente en los gatos (aproximadamente el 75 por ciento). A menos que se detecte y trate muy pronto, puede ser muy difícil tratar este tipo de cáncer, incluso con cirugía y radiación. Estos gatos pueden mostrar signos de babeo y pérdida de apetito.

Sarcoma del punto de inyección

Los sarcomas en el lugar de la inyección pueden desarrollarse después de que un gato reciba una inyección, a veces incluso desarrollarse años después de la inyección. Se trata de reacciones muy poco frecuentes (una de cada 10.000-30.000), en las que se produce un desarrollo tumoral local. Estos tumores son agresivos, por lo que una intervención precoz y un examen rápido de cualquier bulto que surja en la zona de la inyección es clave para identificar y tratar este tipo de tumor.

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Aunque no se comprenden del todo, se cree que estos tumores se producen como resultado de una reacción inflamatoria a los aditivos de las vacunas en algunos gatos, pero no necesariamente como resultado directo de la inyección a la vacuna en sí. Su veterinario ayuda cuidadosamente a determinar qué vacunas son necesarias para su gato con el fin de minimizar este riesgo, elegirá vacunas seguras para los felinos y también escogerá los lugares específicos para colocar las vacunas teniendo esto en cuenta. Los beneficios de estas vacunas superan con creces este riesgo.

Tumores de mastocitos

Los tumores de mastocitos se producen cuando otro tipo de glóbulos blancos, los mastocitos, empiezan a crecer de forma anormal e invaden otros tejidos. Pueden aparecer en la piel, el bazo y el tracto gastrointestinal. Alrededor del 20 por ciento de los tumores cutáneos diagnosticados en gatos son mastocitomas.3

Tricoblastomas

Los tricoblastomas son un tipo de tumores cutáneos benignos frecuentes en los gatos y no suelen asociarse a síntomas de enfermedad. Ante cualquier bulto nuevo, su gato debe ser evaluado por un veterinario, ya que la mayoría de ellos pueden ser difíciles de diferenciar con sólo mirarlos. En el caso de muchos cánceres malignos, los gatos pueden parecer enfermos, pero a menudo ocultan los signos hasta que progresa. La pérdida de peso, los vómitos, el letargo y la diarrea son algunos de los síntomas más comunes que se observan.

Otras formas de cáncer

Los gatos también pueden padecer cáncer de las glándulas mamarias, los huesos, los pulmones y el sistema nervioso, y éstos pueden mostrar diversos síntomas, como dolor, hinchazón y convulsiones. Las gatas que no están esterilizadas suelen tener una incidencia mucho mayor de tumores mamarios, que pueden ser bastante agresivos pero empiezan como una pequeña masa en la piel o el abdomen de la gata.

Síntomas de la neoplasia en gatos

Los síntomas de la neoplasia dependen mucho de la localización de las células anormales, del tipo de células afectadas y de los sistemas corporales afectados. Un gato con neoplasia maligna puede mostrar muchos de estos síntomas, algunos de ellos o ninguno. Cualquier enfermedad o cambio de comportamiento debe ser evaluado por un veterinario.

Síntomas

  • Pérdida de peso
  • Pérdida de apetito
  • Letargo
  • Vómitos
  • Diarrea
  • Masas o tumores visibles
  • Bazo u otros órganos agrandados
  • Líquido en el abdomen

Pérdida de peso

Los gatos con cáncer maligno pueden perder peso porque su apetito está disminuido debido a las náuseas, el dolor o una sensación general de malestar causada por el crecimiento y la propagación de las células anormales. Sin embargo, dado que la neoplasia puede interferir en la capacidad del gato para digerir y utilizar los nutrientes de los alimentos, a veces los gatos pueden tener un apetito voraz y aun así estar perdiendo peso. En estos casos, la pérdida de peso a pesar del consumo continuado de comida puede ser el único síntoma visible de que algo va mal.

Pérdida de apetito

Los gatos pueden dejar de comer debido a las náuseas, el dolor y el malestar general. Si la neoplasia está afectando al estómago, los intestinos, la boca o la cara, puede resultar demasiado difícil e incómodo masticar, tragar y/o digerir los alimentos.

Letargo

Si los gatos no están adquiriendo suficientes nutrientes y energía de los alimentos, ya sea por la pérdida de apetito o por la imposibilidad de comer, se volverán letárgicos. Un gato letárgico puede dormir durante periodos más largos o a horas inusuales, esconderse debajo de las camas o en los armarios y mostrarse reacio a relacionarse con los demás y a realizar actividades normales como jugar o trepar.

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Vómitos

Los tumores del tracto gastrointestinal suelen provocar vómitos en los gatos, porque no pueden producirse los procesos digestivos normales. Los tumores también pueden causar obstrucciones que pueden provocar vómitos. Los vómitos pueden aparecer de repente o los gatos pueden vomitar durante meses o incluso años. Los vómitos crónicos suelen estar asociados al linfoma gastrointestinal.

Diarrea

La diarrea puede ser el resultado de una alteración y/o deterioro de la función del revestimiento intestinal, sobre todo si hay células cancerosas a lo largo del tracto gastrointestinal. También puede producirse debido a una incapacidad para digerir correctamente los alimentos o a una obstrucción intestinal.

Masas o tumores visibles

Los gatos con neoplasia pueden presentar bultos bajo la piel o el pelo que pueden verse o palparse. Dado que no es posible determinar si un bulto es maligno o no con sólo mirarlo, cualquier aparición de tumores o bultos en un gato debe ser revisada por un veterinario.

Agrandamiento del bazo u otros órganos

Cuando las células cancerosas se infiltran en los órganos internos, éstos pueden agrandarse. A menudo, un veterinario puede detectar un agrandamiento del bazo, el hígado o los riñones al realizar una palpación abdominal durante un examen físico o con radiografías. También puede detectar órganos agrandados simplemente al acariciar a su gato, si éste está muy delgado o ha perdido mucho peso.

Líquido en el abdomen

Los gatos con cáncer pueden acumular líquido en el abdomen, lo que puede ejercer presión sobre los pulmones y otros órganos. Pueden mostrar dificultad para respirar, un abdomen grande y distendido y reticencia a moverse o realizar cualquier actividad.

Causas de la neoplasia

Al igual que en los humanos, a menudo resulta difícil determinar por qué se desarrolla la neoplasia.

  • Ciertos virus, como el virus de la leucemia felina (FELV) y el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV), pueden provocar el desarrollo de cáncer.4
  • La genética puede ser otra causa que contribuya a ciertos cánceres, y los factores ambientales y la dieta también pueden desempeñar un papel.
  • La exposición a sustancias químicas, carcinógenos y contaminantes pueden ser factores contribuyentes. El humo del tabaco es un posible carcinógeno que puede favorecer el desarrollo del cáncer.5

Diagnóstico de la neoplasia en gatos

Su veterinario empezará con un examen físico exhaustivo de su gato y, dependiendo del tipo de neoplasia que se sospeche, es probable que solicite pruebas adicionales. Estas pruebas incluyen análisis de sangre para buscar anomalías en los glóbulos blancos, la función renal y cualquier posible daño hepático. Su gato también puede someterse a pruebas de detección de FELV y FIV. A veces se utilizan análisis de sangre especializados para caracterizar aún más cualquier anomalía.

Las radiografías y ecografías abdominales y torácicas pueden determinar a veces si los órganos son anormales o si hay metástasis. Si se detectan ganglios linfáticos agrandados o masas en la piel, su veterinario puede recomendar tomar una muestra con una aguja o anestesiar a su gato para realizar una biopsia de la zona.

Si la diarrea crónica es un problema, puede realizarse un examen fecal y un panel gastrointestinal para descartar parásitos y otras fuentes de diarrea. Si se sospecha un cáncer intestinal o de estómago, el veterinario puede recomendar una ecografía y/o una biopsia intestinal.

Si se presentan síntomas neurológicos, puede realizarse una resonancia magnética o una tomografía computarizada.

Tratamiento

El tratamiento depende del tipo de neoplasia presente y de su gravedad. Si se trata de una neoplasia benigna que no molesta al gato, puede que no sea necesario hacer nada al respecto. Si se trata de un tumor agresivo y maligno, a menudo está indicada su extirpación quirúrgica, junto con amplios márgenes de tejido circundante. Según el tipo de tumor, puede ser necesario seguir la cirugía con quimioterapia o radioterapia.

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Algunos cánceres pueden ser curables, según el tipo y la localización. A menudo, los cánceres más comunes como el linfoma no lo son, pero pueden ponerse en remisión, lo que significa que su gato puede tener una buena calidad de vida mientras el cáncer se mantiene bajo control.

Si la neoplasia maligna está muy extendida y/o es muy agresiva, los cuidados paliativos pueden ser la única opción o la opción más humana para su gato. En este caso, se consigue que el gato esté cómodo y sin dolor el mayor tiempo posible hasta que llegue el momento de decir adiós.

Pronóstico de los gatos con neoplasia

El pronóstico depende del tipo de neoplasia, de dónde esté localizada y de si es maligna o benigna. Las neoplasias benignas tienen un buen pronóstico, mientras que los cánceres agresivos y metastásicos tienen un mal pronóstico. Los gatos con cáncer pueden sobrevivir semanas, meses o años tras el diagnóstico. Con los cánceres malignos, el objetivo puede no ser curar el cáncer, ya que esto puede no ser posible, sino mejorar la calidad y duración de la vida y evitar el sufrimiento.

En el caso del linfoma, dependiendo del tipo, la quimioterapia mejora el pronóstico y muchos gatos responden bien. Hasta un 50-80 por ciento de los gatos pueden lograr la remisión de los signos clínicos con la quimioterapia para el linfoma durante cuatro a nueve meses.5

Cómo prevenir la neoplasia

Dado que en la mayoría de los casos se desconoce la causa de la neoplasia, no existe una forma segura de prevenirla. Pueden tomarse algunas precauciones, como esterilizar a su gato, no exponerlo al humo del tabaco ni a otras toxinas, mantenerlo dentro de casa y vacunarlo para ayudar a prevenir la infección por virus como el FELV y el VIF, y reducir el estrés doméstico. Sin embargo, si su gato desarrolla un cáncer, sepa que no es culpa suya y que hay muchos factores que determinan la aparición o no de una neoplasia maligna.

Detectar el cáncer a tiempo y tratarlo rápidamente es una de las medidas más importantes que puede tomar para su gato. Programe revisiones veterinarias periódicas, que incluyan análisis de sangre rutinarios, y haga revisar de inmediato cualquier cambio inusual o síntoma de enfermedad.

Si sospecha que su mascota está enferma, llame inmediatamente a su veterinario. Para cualquier pregunta relacionada con la salud, consulte siempre a su veterinario, ya que él ha examinado a su mascota, conoce su historial sanitario y puede hacerle las mejores recomendaciones. Fuentes de los artículos Point Pet sólo utiliza fuentes de alta calidad, incluidos estudios revisados por expertos, para respaldar los datos de nuestros artículos. Lea nuestro proceso editorial para saber más sobre cómo comprobamos los hechos y mantenemos nuestro contenido preciso, fiable y digno de confianza.

  1. Williams AG, Hohenhaus AE, Lamb KE. Incidencia y tratamiento del linfoma renal felino: 27 casos. J Feline Med Surg. 2021;23(10):936-944.

  2. Economu L, Stell A, O’Neill DG, Schofield I, Stevens K, Brodbelt D. Incidencia y factores de riesgo del linfoma felino en la práctica de atención primaria del Reino Unido. J Small Anim Pract. 2021;62(2):97-106.

  3. Sabattini S, Bettini G. Grading cutaneous mast cell tumors in cats. Vet Pathol. 2019;56(1):43-49.

  4. Sykes JE, Hartmann K. Infección por el virus de la leucemia felina. Enfermedades Infecciosas Caninas y Felinas. 2014;224-238.

  5. Centro de Salud Felina de Cornell. Linfoma. Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell, 2021.

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